31 de agosto de 2011

"El público moderno y la fotografía" I



"El deseo de asombrar y de sentirse asombrado es muy legitimo. " es una felicidad sentirse asombrado"; pero también es una felicidad soñar. Todo el problema consiste, (...) el saber mediante qué procedimientos quiere usted crear o sentir el asombro. Por el hecho de que lo Bello sea siempre asombroso, seria absurdo suponer que lo que es asombroso es siempre bello. Ahora bien, nuestro público, singularmente impotente para sentir la felicidad del ensueño o de la admiración (signo de alguien falto de grandeza de espíritu), quiere que se le asombre con medios ajenos al arte, y sus obedientes artistas se adaptan a su gusto; desean impresionarlos, sorprenderlos, pasmarlos por medio de estratagemas indignas, porque saben que es incapaz de extasiarse ante la táctica natural del arte verdadero."